Busqueda?
Busqueda?
sábado, 15 de septiembre de 2012
lunes, 10 de septiembre de 2012
paseo en moto
Esta reseña ya tiene unos meses pero decidí, plasmarla por
que me gusto mucho la travesía… Para que viajar tan lejos sin aun encuentro
lugares nuevos en mi zona de recreo.
Acabo de aterrizar en mi casa luego de pasar 2 días perdido entre las montañas circundantes de Veracruz y
Puebla, es sorprendente lo que mis ojos ven en cada rincón de estos lugares,
por un lado en la sierra madre oriental, los acantilados son como sacados del libro de “lord of the
rings” (pillars of the kings), Quimixtlan
colinda con Tlachichuca, lugar al que fui a desayunar, y observar el
Pico de Orizaba, me gusta admirar a este
vivo testigo del paso de mil vientos y mil tormentas, precozmente nevado, miles
de años han pasado frente a él y hoy he llegado yo buscando la sorpresa de los
desconocido, pero esta vez no será, solo a lo lejos nos miramos uno al otro,
esta vez me mira con respeto, conoce mis intenciones, sabe de mis miedos, y
como los enfrento, ya no le soy un desconocido, me saluda ofreciendo maravillas
a mi vista, inconquistable para mi cámara de fotos. A mi regreso llene mi tanque de gasolina, en
el entronque de la carretera a patlanalan,
lugar donde pase la noche anterior y que gracias a Dios, han instalado
una gasolinera, justo allí dormí.
Gran travesía en no más de 300 kilómetros redondos,
suficientes para regresar a casa y arreglar todas esas cosillas de las que un hombre se cargo.
Me resulta excitante viajar en moto o en bici, sobre todo en
lugares difíciles, topográficamente hablando, y si es con lluvia mejor, es
afrodisiacamente espiritual viajar con este monstruo meteorológico día a día.
En la cascada de chilchotla (sierra madre oriental), existe
una cascada, no muy impresionante, pero cascada al fin, lo que si es delirante
es un puente colgante, que rebasa los límites del riesgo, cuando se atraviesa
pareciera que convulsiona, con riesgo a vomitar al vacío al osado que lo cruza.
En esta parte de mi pequeño recorrido tuve que hacerla de
“encantador de serpientes” y es que me atrajo la atención el remolino de gente
en las escaleras, cuando me acerque, la gente decía “una serpiente” baje la
cabeza y en el pasamanos había una serpiente, y atraído por los encuentros con bichos raros la mire, me
echo´ una mirada bestial y un tanto incomoda cuando me le acerque, sin embargo
tenia que ser héroe, no era una serpiente abominable, pero son de cuidado (no
las soporto), tome una vara y la levante ante el asombro de la gente que decía
“se avientan esas” vaya, que si los lugareños le tuvieron miedo era
por que quizá si, la arroje al vacío y me gane las sonrisas de los niños y de
las chicas, que me veían como al “líder
de la manada” versus viperino,
Llegando a Teocelo, me tope con una manifestación que me
hizo recordar “tiempos violentos”, la gente comenzó a insultarme al momento que
serpenteaba entre los autos parados y la gente descontenta no se por qué, fue
lo mas aterrador que me toco vivir, finalmente logre pasar para terminar
comiendo en Coatepec, un calzonne clásico y una cerveza bohemia oscura.
Mientras comía, evocaba mis caminos, los peligros, como el evitar ser aplastado por tanto
deslave en las salientes de tanto risco, dormir en una gasolinera, lluvia, sol,
nubes, neblina, personas, carreteras, lodo, piedras, ha sido una travesía a lo
bruto (por la época) sigue la lluvia,
pero no me importa, mi memoria de montañas, picos, ríos, arboles, lluvia y
tanto verde contra las rocas es todavía muy fresca, tesoros que están
escondidos debajo de mi almohada. Espero
que también estén disfrutando las vacaciones.
sábado, 8 de septiembre de 2012
miércoles, 5 de septiembre de 2012
Para poder
disfrutar lo que me gusta, hay que sentir lo que no me gusta.
Hubo un día en que creí
vencer incluso la gravedad, en que mi cuerpo terráqueo mutaba y llegaba a ser una maquina, sentía haberme fundido con
mi bicicleta, me sentía inalterable, eterno, como si levitara o como si
perteneciera a otra galaxia, al grado de caer en la arrogancia, tanta velocidad
conseguida sobre mi bicicleta había rebasado hace tiempo, los limites del ego,
no había cabida a cualquier señal de
humildad, de la prudencia, de la madurez, o del raciocinio, no me lo pensaba ni
un segundo cuando de salir al monte se trataba, a sentir la pasión, a renovar
la ultima, mis manos las imaginaba como dos saetas cortando el viento, y mis
ojos eran como dos rayos laser dibujando el terreno sin perder detalle, para
poder tragarlas con las ruedas de mi maquina, a los lados no había nada, solo
viento cortado por la velocidad de la flecha fundida por carne, hierro, caucho
y cables, descerebrado, solo nervios obedeciendo al impulso compulsivo de
sentir, viseras y glándula suprarrenal con hipertrofia y exceso de adrenalina,
mi mente comía y soñaba bicicleta desde los cinco años de edad, era
impostergable, jamás decía no, y mis invitaciones eran un reto disfrazado para
los que osaran recorrer mis rutas a ritmo vertiginoso.
Pensaba estar
descubriendo otra modalidad del ciclismo de montaña (mtb), subir hasta casi asfixiarme
y bajar como poseído, luchar contra la gravedad, en esas veredas que casi no se
podía bajar para después vencerla trepando por ellas, no pensaba en la
posibilidad de perder la buena suerte, sentía que si me accidentaba seria para
morir, pero existe algo peor que la muerte en si, un accidente te puede cambiar
la vida, física, mental e incluso emocionalmente, un accidente es un repaso en
la vida de lo que has hecho, lo que has vivido, y lo que te falta por hacer.
Hacia un mes
que moría mi hermano, y como fantasmas rondaban sus siluetas entre las fincas,
entre las nubes, en el agotador sol, y en los sorpresivos aguaceros de julio y
agosto, aspiraba a cada subida un aroma a cirio y a flor sepulcral, a madera y a
fraternidad, y un dolor profundo en el pecho acompañado de un vaho meditabundo,
que intentaba apaciguar sintiendo esa pasión frenética por la bicicleta, esa mágica
sensación tan efímera, ese arrebato por la velocidad y el terreno accidentado,
sentir como mi cuerpo se comprime y se expande en una extraña danza de miedo y placer,
que provocaban que de mis poros
segregaran gotas de excitación, cuando llegaba a casa solo murmuraba, “gracias
Dios”.
Aun me
resulta absurdo y gracioso, que por un descuido casi pierdo la cordura y la razón,
según yo,…(ya que hacia tiempo la había perdido). Mil razones tenia yo para
justificar mi intempestivo afán por perderme entre bosques de raíces, piedras,
y obstáculos, solo para sentir esos momentos adrenérgicos tan breves pero que
te forman un carácter, (mentía incluso para poder escaparme).
Al final
tanta locura y pasión por el mtb, pero sin la prudencia dentro del camel, me
dejo un azotón contra el globo, fractura
de cubito y radio, y unos alambres en mi cara, que incluso cuando no hay señal
en mi radio de pilas, basta con tocar la antena con mi pómulo y listo, tengo
hasta onda corta, recordar todo aquello, las diferentes estaciones medicas del
hospital, me dan una sensación de paz, (me creí steve Austin, Hombre Nuclear).
Hoy se bien
que las coincidencias son la manera anónima de la presencia de Dios, no quiero
hacer bulla de que lo mio sea sensacional, (existen casos peores), pero es mi
historia, es verdad, quiero transmitirlo a mis amigos y a todos, que sirva de
algo, de como yo dejaba a mis pequeños hijos ay a su madre, solos para según yo
ir en busca de equilibrio, y encontrar todos los porqués?. Hoy sigo con algunas
dudas respecto a la vida, pero de lo que no tengo ninguna es de que la vida
debe vivirse al limite con madurez pero sin miedo, en mi caso el miedo no lo
deje en mi caída, donde casi pierdo un ojo o la vista, al estallar en tres
partes la orbita que aloja mi preciada pupila, el miedo se quedo allí, en la
sala de espera, reflejando la preocupación de mi amigo Armando, a través del
vidrio, junto con mi madre y mi esposa, el miedo se quedo en la sala de observación
donde los médicos murmuraban, “quizá convulsione”, descartemos fractura de cráneo,
el miedo se quedo fuera del hospital de Veracruz cuando Salí, acompañado de un
viento tan violento como la enseñanza que Dios diseño para mi, mis miedos y
fantasmas ya no viajaron de regreso a Xalapa,
desaparecieron al abrazo con mis pequeños hijos en la central y juntos los
cuatro nos fuimos a cenar.
Aun con todo
esto amo el mtb, respeto al ciclismo y cualquier actividad extrema, amo la
vida, no tengo dudas, invito de corazón a que rueden, rueden y rueden, sin
embargo cuando estoy solo a veces suelto el freno y pienso, ¡viva la vida,
vivan nuestras pasiones!, estamos vivos!
Salud!!!
lunes, 3 de septiembre de 2012
Otra de mis
aficiones que adopte desde muy joven, fue el comprar en los tianguis de segunda
mano, es una sensación como de viajar a través del tiempo, además de encontrar
cosas formidables a un excelente precio, o cosas incluso que solo existen en la
mente, en los tianguis con un poco de suerte se hacen realidad.
domingo, 2 de septiembre de 2012
Amigos en el
tiempo...
Con el
titulo lo digo todo, aunque no soy escritor, y en más de diez anécdotas he
sentido miedo al ridículo, no encuentro otra manera de expresar lo que vivo, de
compartir mis vivencias como ciclista y como persona, he querido renunciar a
escribir, pero hay algo dentro de mi, que me hace continuar, quizá sea mi
orgullo enmascarado de humildad, quizá sea mi manera profunda y clara de ver la
vida o la intensidad con la que a diario
intento hacerle frente a sus caras lindas y en ocasiones no tanto, o a veces siento
esa presencia anónima de Dios, (así sea) lo cierto es que casi siempre acabo
haciendo caso omiso de todo eso y acabo sintiéndome como si no fuese yo mismo.
Hoy extraño
a mis amigos, aquellos que figuran en el tiempo cual manantial de estrellas en
medio del mar, cerca y lejos, con quienes hace muchos años, descubrí este mundo
fascinante llamado ciclismo de montaña, del cual me quede prendido hasta mi
muerte seguramente, aun busco la silueta de mis amigos Juan cerrillos, Manuel
lee, Iván Fernández, entre el follaje crujiente de primavera y en las hojas tremulantes de los pinos en las noches de otoño, en ocasiones aun estoy
siguiendo el vaho de sus vapores congelados en el aire nocturno, extrañas
sensaciones me invaden cuando me adentro en la inmensidad de mi imaginación y
los recuerdo. Es justo cuando Dios con su alargada mano se acerca a mí, toca mi hombro, me abraza con su abrazo de
maderas, me dice algo y siento su aliento aletear cual colibrí sediento, me mira
con su profunda mirada de nubes estratos,
y sé que así tenia que ser disfrutarlos así de esta manera, los quiero
perpetuos, me llamo hace poco Manuel, sabes amigo cuanto te echo de menos , cuanto me gustaría
ser bueno y dedicarte algo, una carrera, una victoria, una odisea, continuare
dándole todo para conseguirlo no lo dudes amigo.
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