Busqueda?

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domingo, 4 de noviembre de 2012



El tiempo no perdona…
Cuando tenia 13 años de edad me fascinaba ir al parque Juárez aquí en Xalapa, mirar a las gentes pasar con su mil ocupaciones mentales, me pasaba horas mirando el mirador hacia los lagos, pero lo que me gustaba mas era asomarme a una casa de aquellas legendarias, donde había un jardín hermoso, y muchos gatos, veía a sus ocupantes e imaginaba las muchas historias sobre Xalapa que sabían, veía a una señora de muchos años encima que paseaba en los largos pasillos de esta casa, 30 años después pude por fin entrar a esa hermosa casa, hoy es un museo donde se exhiben objetos de nuestra historia, desde libros, armas, muebles, el atuendo de Juanote, hasta la misma cocina de esta misteriosa casa, yo me sentí como hace 30 años, de echo volteaba a ver el lugar desde donde yo la veía, y aun siento la presencia de esa señora y su perfume de gardenia, acompañando a las maquinitas que pusieron en ese lugar donde aprietas un botón y aspiras recuerdos… ..




sábado, 3 de noviembre de 2012








Aprendiz de todo, maestro de nada….
Uno de mis grandes descubrimientos personales, ha sido el poder disfrutar la soledad de mi soledad, a través de ella me descubro, cada vez diferente, cada vez mas cerca de la paz interior, y cada vez mas lejos de los tropiezos humanos.
Para esto, la bicicleta ha sido un medio inigualable, perderme por momentos internándome en los bosques e impregnarme de todos l

os aromas naturales es algo que me gusta mucho.
Y la historia es así, para muchos es una locura bajar como poseído sobre un “alambre con ruedas”, o subir antes del amanecer hacia esa montaña, semidesnudo y solo con agua y unas cuantas monedas, sin embargo, ignoran que en esos momentos que parecieran de alucinados, yo diría que es de “iluminados”, todo el mundo ordinario se convierte en un insustancial borrón, haciendo fascinante nuestro mundo biker, somos ciclistas por que la bicicleta, la montaña y el biker somos uno, es por eso que funciona, no hay otra explicación.
Estamos encantados, y no queremos despertar, aparte de la emoción y el espíritu atlético que resulta, se encuentra también lo amplio y trascendente (esto obtuve yo) de nuestro ser, me refiero a la aventura y la interacción con el entorno natural, queramos o no es nuestro origen, por tanto todos lo llevamos dentro, ni el ser mas insensible ni cualquier represión pueden con el afán de aventura, de averiguar que hay detrás de esa colina o mas allá de ese bosque. De enfrentarse a lo desconocido y conocer nuestros limites, adoptar el mtb como un estilo de vida, nos gratifica con una forma de comprender mejor el mundo en que vivimos, fortaleciendo vínculos humanos y respeto al medio ambiente.
Existe en mi mente bicicleta desde los 4 años, y fue tan grande el flechazo que casi 40 años después, continúo con ese amor tan fiel.
Esta claro que uno puede alcanzar momentos relevadores de muchas maneras, creyéndole a los Dalai lamas, meditando bajo un jinicuil, saltando desde la estratosfera, o de una liga desde un puente, pero lo que hace especial al MTB es que la iluminación mental es para siempre, nos hace seres espiritualmente fuertes, y físicamente casi indestructibles, y a diferencia de otras actividades la bicicleta esta allí, esperando solo a que nosotros digamos si, ya que nuestro lugar de juegos es infinito….